PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 18 de mayo de 2017

"NADIE NOS MIRA", "ALIEN COVENANT", "EL GRAN GOLPE", ESTRENOS DE CINE JUEVES 18 DE MAYO DEL 2017



JUEVES 18 DE MAYO DEL 2017.-
Ocho estrenos se anuncian para este jueves. Entre ellos, “Perfectos desconocidos”, film del italiano Paolo Genovese sobre una reunión de amigos que plantea un juego con sus respectivos celulares. Pertenece al nuevo cine italiano donde se hace más hincapié en la temática, endeble o no, que en el desarrollo de los personajes , con parloteo intenso y cierto tufillo claustrofóbico.
También se estrena “La hija”, del cineasta tucumano Luis Sampieri, otra muestra positiva del nuevo cine de Tucumán (ya existen polos cinematográficos en Córdoba y Rosario muy importantes, sin olvidarnos de San Luis). A partir de un hecho real que lo conmovió en su infancia, retrata la decadencia moral de las clases altas de la provincia.
“Escuela trashumante” es un documental muy interesante de Alejandro Vagnenkos, que observa minuciosamente un proyecto educativo en especial. Se estrena en el Gaumont y en el sitio Cine.ar.
Finalmente está “Parir”, de Florencia Mujica, que llega al cine Gaumont en la llamada Semana Mundial del Parto Respetado retratando con crudeza la Violencia Obstétrica. Aleccionador.
ALIEN:COVENANT
De Ridley Scott. Con Guy Pearce (no aparece en los créditos), Michael Fassbender en doble personaje, Katherine Waterston, Billy Crudup, Danny McBride, Demián Bichir, Crmen Ejogo. Fotografía de Dariusz Wolski. Música de jed Kurzel. Diseño de producción de Chris Seagers. Duración: 122 minutos. Apta para mayores de 16 años.
XXXXX- DEJÁ VÚ DE TERROR ESPACIAL
Ridley Scott es el maestro del cine que en 1979 asombró con “Alien el octavo pasajero”. La ciencia ficción logró su apogeo y fue un film icónico que echó las bases para el cine de terror espacial. Covenant es precuela de “Prometeo”, así como secuela de “Alien…” y su saga. No obstante, no hay convicción en este relato cinematográfico donde Michael Fassbender cumple un doble rol, el hombre máquina frente a sí mismo, y un Guy Pearce que genera este tipo de androides, u hombres robots. “David” es el personaje de Fassbender que cumplirá una misión en el Covenant, donde miles de astronautas están en hibernación esperando llegar al planeta Origae-6. Corre el año 2104…
Una serie de desperfectos los obliga a elegir un planeta más cercano. Y aquí comienzan algunas curiosidades que llaman la atención. Descuidos o bien algo no bien contado. Además de un fantástico “dejá vu” con mucha computación colaborando en paisajes bellos y a la vez insólitos: los astronautas, entre los que hay muchas parejas incluso homosexuales y lésbicas, bajan sin ningún tipo de máscara que les asegure oxígeno. E ingresan a un trigal generoso que está muy cerca de un lago en medio de montañas, un paisaje barilochense o paisaje familiar. Simplemente no hay forma de explicar cómo semejante tierra poblada de trigo puede nacer al lado de aguas heladas. Raro.
Guy Pearce desaparece de la narración y Michael Fassbender cumple con un rol de hombre máquina o androide o robot a la perfección. Nada de lo que veremos nos provocará más sustos que cualquier otra película de ciencia ficción. Incluso el elenco que secunda a “David” se diluye en escenas que funcionan como relleno, lejos del concepto de actividades espaciales.
En ese extraño planeta se verá cómo “David” ha estado creando embriones o xenomorfos que, aún pequeños, van matando uno a uno a los tripulantes. La ración de sangre está!
El contrato tácito entre el director y el espectador se cumple: está la ración “gore”, están los monstruos, está la infección por algo desconocido, aparecen los monstruos (los mismos de siempre, calaveras negras con dientes al estilo de las “barbas” de las ballenas) pero falta la convicción, la pasión por el relato. Es un “alien de taquito”. Volviendo siempre al genial Shakespeare, la venganza es el motor de esta narración: “Peter” (Guy Pearce) obliga a su recientemente creado “David” a prepararle té, y éste enfurece, si bien lo hace.
Si algo se rescata, es el motor de la venganza: o, como se ha dicho, la estupidez humana, la soberbia, termina generando monstruos. Así “David” desata su furia y sin mucho más que un desperfecto de la nave, surgirán monstruos rompiendo espaldas, vientres, ojos, gargantas, muchos creados por este androide. Clishés, dejá vú, un film que entretiene a los amantes del género de terror espacial, muy lejos de lo que se puede esperar de un realizador como Ridley Scott.
Elsa Bragato
NADIE NOS MIRA
De Julia Salomonoff. Guion de Julia Solomonoff y Christina Lazaridi. Con Guillermo Pfening, Elena Roger, Rafael Ferro, Marco Antonio Caponi, Mirella Pascual, entre otros. Música: Sacha Amback. Duración: 102 minutos. Argentina-Colombia-Brasil-USA. Hablada en español e inglés.
XXXXX-PFENING, ENORME TALLA ACTORAL
“Nadie nos mira” es el tercer largometraje de Julia Solomonoff continuado el éxito de sus films “Hermanas”y “El último verano de la Boyita”. Instalada en Estados Unidos, con el gran apoyo de productoras y variados equipos técnicos, Argentina, Brasil, Colombia, Estados Unidos, España, Francia, El Líbano y República Dominicana, se destaca por su elegancia narrativa y la firmeza de su cámara. La fotografía cumple un rol importante en el nuevo film y, como detalle, está el emblemático Central Park con la variedad de colores que le imprimen el otoño, el invierno, la primavera y el verano. “Nico” es el protagonista (Guillermo Pfening), actor que decide radicarse en New York. Incansable inmigrante, con ingenio para sobrevivir, hace changas, es babysitter, mejora su inglés y se esfuerza por ingresar al difícil mundo del cine norteamericana. La ruptura amorosa con su productor en Argentina, “Martín” (Rafael Ferro), lo lleva a emigrar sin pensar en que nada es fácil y menos en la ciudad más populosa del mundo donde todos pelean por un lugar y hacen de la indiferencia un “modus vivendi”.
El título del film explica todo: nadie repara, nadie mira, menos a un latino que no lo parece porque es rubio, que habla mal inglés y no tiene papeles en regla. Es aquí donde Guillermo Pfening desgrana toda la complejidad emotiva del personaje, la tristeza, la desolación, la desesperanza, el reponerse, el volver a empezar, el esperanzarse, el luchar cada segundo para sobrevivir y cumplir con su sueño.
Julia Solomonoff conoce a la perfección los pro y los contra de New York y retrató la situación de un inmigrante actual, con características que la hipocresía social de todas las sociedades magnifican: se aceptan leyes para las parejas diferentes pero de allí a integrarlos es algo diferente. Guillermo Pfening encarna a “Nico” en una actuación sin fisuras, sólida, contundente, generosa en la gama de sentimientos que expresa. En la segunda parte el film decae un poco pero en nada mella su calidad, la fluidez narrativa y el soporte actoral del protagonista. Aspectos como la música de Sacha Amback y algunos finales falsos que el guion plantea diluyen el creciente interés generado. Por momentos, se tiene la sensación de que eil fillm debió terminar unos minutos antes.
No obstante, es una gran película nacional, coproducción como detallamos en la sintética ficha técnica del comienzo, en la que dos nombres resaltan: el del actor Pfening y el de la directora Solomonoff. Para ver sin discutir!
Carlos Pierre
SI NO DESPIERTO
De Ry Russo-Young. Con Zoey Deutch, Halston Sage, entre otros. Música: Adam Taylor. Duración:  92 minutos.        
XXXxx- EL DESTINO EN LOS SUEÑOS
“Si no despierto” (“Before l fall”) es la adaptación de la popular novela de la escritora Lauren Oliver, orientada a los adolescentes, sobre el destino y la benevolencia, siendo un best-seller internacional. Es, a la vez, un relato pleno de sincera fantasía que atrapó a un target determinado de lectoras y ahora de cinéfilos.
Samantha Kingston (Zoey Deutch) es una joven estudiante, linda, con un novio perfecto, amiga de sus amigas, una chica que lo tiene todo. Un viernes 13 de febrero, preludio de la fiesta de San Valentín, despierta de un sueño en la que la tragedia la rodeó tanto a ella como a sus compañeras. Perturbada, extrañada, se imagina qué podría sucederle si solo le quedara un día de vida. El sueño se repite siete veces, siempre con algo diferente pero el mismo sentido. El día de los enamorados es, para Samantha, algo que debe eludir. A nivel cinematográfico, el clima generado por Ry Russo-Young es muy elogiable porque, aún en la reiteración, encuentra matices que agilizan el relato, atrapando siempre. Cuatro jóvenes, bien estereotipados pero disfrutables.
El climax surge cuando un profesor trae el tema de Sísifo pero las chicas están tan alborotadas por el día de San Valentín que lo ignoran. Sin embargo, está encadenado a los sueños recurrentes de Samantha quien intenta cambiar en ellos el destino que podría esperarles. Como Sísifo hizo con Tánatos, la muerte, al atarla e impedir que mucha gente muriera. ¿Es acaso posible cambiar el destino? He aquí el quid de esta historia que, sin tener superproducción, alcanza profundidad en su mensaje a través de cierta complejidad argumental. Para los adolescentes, esta película será más que agradable por su significado. Es aleccionadora, plena de fantasía, y muestra la generosidad de alguien en favor de del prójimo.
Carlos Pierre
EL GRAN GOLPE
De Steven C. Miller. Con Bruce Willis, Christopher Meloni, Dave Bautista, Arián Grenier, Alyshia Ochse, Lydia Hull, Tyler Jon Olson, entre otros. Música de Ryan Dodson. Duración: 107 minutos.
XXXXX- REVOLTIJIO NARRATIVO
El gran atractivo de este “El gran Golpe”, del canadiense Steven C. Miller, está en Bruce Willis, quien mantiene su magnetismo aún en un rol que se disfruta poco pero que está siempre presente. Un grupo de ladrones asaltan bancos, matan sin piedad, y destinan el dinero a la caridad, como se dice que hacía Robin Hood. No obstante, esta caridad no se entiende muy bien, dado que la narración va y viene entre los personajes del FBI, la policía local (Cin cinnati y Ohio en Estados Unidos) y el Sr. Hubert encarnado por Bruce Willis.
La situación policial se mezcla de manera perturbadora con los dramas personales de dos de los personajes: una venganza en ciernes y una enfermedad terminal acicatean al aparente “capo” del grupo de malvivientes y al jefe del FBI, encarnado por Christopher Meloni, al que conocimos en la seria “La ley y el orden”, respectivamente. La inclusión de un novato, “Wells” (Adrián Grenier) torna más difícil la comprensión porque el guión plantea diversos “culpables” yendo de un personaje a otro de manera casi constante.
Entretenida es. No hay duda. Pero también es perturbadora porque confunde. En esta confusión, se sacan conclusiones y se torna más que previsible. No se sabe bien nunca quién es quién, arrastrándose otra venganza desde los tiempos de la guerra del Golfo. Un personaje es clave: está muerto, pero pudo salvarse.
Ante estas propuestas narrativas, la adrenalina cesa y solo se recupera cuando surgen las balaceras, ahí se salta de la butaca. Pero nada más. Poco presupuesto, buenas intenciones, y un gran revoltijo narrativo, terminan por producir un producto flaco en calidad pero que entretiene.
Elsa Bragato