PANTALLAZOS (CRÍTICAS DE BRAGATO Y PIERRE)

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jueves, 2 de abril de 2015

LEVIATHÁN Y TUYA, LO MEJOR DE ESTE PRIMER JUEVES DE ABRIL EN CINE



JUEVES 2 DE ABRIL DEL 2015.-
Cuatro estrenos renuevan parcialmente la cartelera porteña este jueves, una semana especial por la muestra de cine francés que se inicia y la cercanía del BAFICI previsto para el 15 de abril durante 10 días. Entre los títulos presentados, destacamos “Rápidos y Furiosos 7”, de James Wan, con guión de Chris Morgan. Vin Diesel es su protagonista así como el malogrado Paul Walker, quien falleció trágicamente en medio de la filmación en diciembre del 2013. La familia tiene un período de paz luego de terminar con un malviviente hasta que se entera de la muerte de uno de sus integrantes, leit motiv de persecuciones muy bien filmadas que permiten el desarrollo de este policial donde los autos tienen relevancia (Dodge, Toyota Supra, Chevrolet Corvette Singray, Bugatti Veyron, Ferrari 458, McLaren, entre otras marcas apreciadas por los fans). Brian Tyler es el compositor de la música y la duración es de 140 minutos a toda acción.
TUYA
Guión y dirección de Eduardo González Amer, sobre libro homónimo de Claudia Piñeiro. Con Andrea Pietra, Jorge Marrale, Juana Viale, Ana Celentano, entre otros. Música de Fernando Monteleone. Duración: 94 minutos.
BUENA. LA SOCIEDAD CONYUGAL EN CRISIS
El policial de Eduardo González Amer se centra en un matrimonio donde el marido (Jorge Marrale), exitoso empresario, es reiterado infiel mientras su mujer (Andrea Pietra) oculta los engaños mintiendo a su entorno sobre la situación que vive. No obstante esta actitud hipócrita (no enfrentar la situación, ocultarla “bajo la alfombra”), lucha a brazo partido para recuperar la felicidad en el seno del hogar.
Es una comedia negra, un policial que surge de otro libro de Claudia Piñeiro, que ya fue llevada al cine nacional en dos oportunidades (“Las viudas de los jueves” y “Betibú”) y siempre con muy buena repercusión.
Andrea Pietra es el eje del film, dotando a la narración de una sólida actuación junto a Jorge Marrale, de quien los adjetivos sobre su valía actoral han sido dichos. El director se vale de pocos elementos, comunes en los hogares con maridos o mujeres infieles, para desgranar la historia propuesta: una carta de amor a su esposo, un corazón dibujado con lápiz labial rojo, un “te quiero”, y una firma, “Tuya”. Punto de partida para que la esposa engañada inicie la búsqueda de la o las amantes de su marido, confirmar el adulterio, aún convirtiéndose en testigo presencial de la muerte de la amante. El pacto con el marido se transformará en una mentira redentora para ella y para la imagen de la pareja ante la sociedad.
Eduardo González Amer utilizada una depurata estética, y conoce el valor del énfasis a través de tomas y secuencias para imprimirle al film acentos policiales muy interesantes. La comedia dramática irrumpe con tonos trágicos. Hay una secuencia que queremos destacar: una noche lluviosa junto a un lago y la muerte de la amante. Lograda e intensa escena.
El tema, recurrente en las sociedades actuales, se transforma en un espejo de la infidelidad en las parejas, así como en una acertada confirmación del “pacto” entre los cónyuges que suele existir para sobrellevar estas situaciones límites, tapándolas ante la familia y los amigos. La película es también un sobrevuelo analítico sobre la hipocresía social y sus reglas. Mejor ser infiel y ocultarlo que enfrentar el desamor, el buen ingreso del marido y el fracaso de una relación pensada para toda la vida. Interesante.
Carlos Pierre
HÉCTOR, EN BUSCA DE LA FELICIDAD
Escrita y dirigida por Peter Chelsom. Con Simon Pegg, Rosamund Pike, Toni Collette, Christohper Plummer, Jean Reno, entre otros. Basada en la novela homónima del psiquiatra francés Francois Lelord. Música de Dan Mangan y Jesse Zubot. Duración: 120 minutos.
REGULAR. BÚSQUEDA INFRUCTUOSA
Si bien la felicidad no aparece como un bien tangible, Peter Chelsom se las ingenia para que su actor recorra países exóticos, contraponiendo la flema británica con la cultura china, por ejemplo. De esta manera, logra los momentos más simpáticos del film que no arriba a ninguna parte más que ser agradable por momentos y muy tedioso en otros.
Simon Pegg (Star Trek), el famoso actor inglés, encarna a Héctor, un psiquiatra que no logra entender por qué ni él ni sus pacientes encuentran la felicidad. Secundado por su novia (la muy interesante Rosamund Pike, nominada a los Oscars 2015 por su papel en “Perdida”, junto a Ben Affleck), siente la necesidad de iniciar una búsqueda muy personal de ese bien intangible. Es una travesía emocional que lo lleva a China, el Tibet, Africa y  la ciudad de Los Angeles. Encuentra personajes insólitos, fórmulas posibles para la felicidad, y elabora una personal propuesta.
Salvo los choques culturales y la diversidad de las locaciones, la película de Chelsom queda en un elemental intento de autoayuda que no crece, que no se desarrolla. El psiquiatra no encuentra la fórmula de la felicidad y tampoco se siente más feliz que lo que era junto a su novia y la problemática de sus pacientes.
Simon Pegg despliega su solidez actoral en esta esforzada travesía que queda en eso, aunque rescatamos un elenco estupendo que nos devuelve a una Toni Collette, la australiana que ha deslumbrado con profundos roles, o bien a Christopher Plummer, legendario actor “todo terreno” y siempre estupendo. ¿La felicidad? Es una búsqueda constante y, si algo nos deja el film, es la remisión a los principios socráticos de la Mayéutica, el cuestionarse a sí mismo y tratar de conocerse.
Carlos Pierre
LEVIATHAN
De Andrés Zviáguintsev. Con Aleksei Serebryakov, Elena Lyadova, Vladimir Vdovichenkov, entre otros. Música de Philip Glass. Duración: 141 minutos.
MUY BUENA. DURA CRÍTICA A POLÍTICOS E IGLESIA RUSOS
Andrei Zviáguintsev es uno de los realizadores más afamados del actual cine ruso, siguiendo la línea de Nikita Mijalkov y del innovador Aleksandr Sokùrov (El arca rusa, filmada en plano secuencia con un notable fotógrafo alemán y una especial cámara). “Leviathán”, su segundo film reconocido a nivel mundial (tiene tres producciones más, incluyendo en ellas un trabajo de tevé), fue nominado a la mejor película extranjera de los recientes premios Oscars (lo ganó “Ida”, de origen polaco). Si intentamos encontrar una relación directa entre el título de la película y el film en sí, no lo lograremos. Alude al monstruo bíblico que suele encarnarse en Satanás. Y al libro del filósofo inglés Tomas Hobb, Leviathán, donde nos habla del “estado absoluto” en contraposición al “contrato social” Así ve Zviáguintsev la relación iglesia ortodoxa- políticos en su país, Rusia, donde recibió duras críticas hasta del mismo Putin y tuvo que eliminar insultos a las autoridades, hecho prohibido por ley desde el 2013.
En un pueblo pesquero sobre el mar de Barents (la locación elegida fue Teriberka, si bien en otras informaciones se habla de Pribezhny), Kolya intenta sobrellevar su segundo matrimonio con una bella mujer, sometida a su voluntad, y de conducir a su hijo Roma, fruto de su primer matrimonio, hacia una vida de trabajo y estudio. Las cosas no son tan simples por la coordinación entre el cura del lugar y el alcalde del pueblo, Vadim, quienes han puesto los ojos en el solitario terreno que ocupa la casa de Kolya y harán lo imposible, con notable hipocresía, para desterrar al hombre del lugar.
El film tiene dos partes bien definidas: el inicio con fotografías congeladas del lugar, un desierto de hielo y esqueletos de ballenas, playas inmensas, mares intensamente azules y profundos, con el fondo de la banda sonora de gran maestro inglés Philip Glass, creador del “minimalismo” musical (recuerdan la banda sonora de “Las horas”). Y la vida de Kolya que empieza a complicarse cuando recibe el aviso del alcalde sobre la necesidad de utilizar sus terrenos derribando su vivienda. La lucha entre el vecino y el alcalde se torna monótona por momentos, hay litros de vodka en el medio, pesadillescas relaciones con su esposa y un matrimonio amigo, la infidelidad de la mujer, su trágico fin, y los sermones del párroco, que aletargan la historia llevándola al melodrama. No obstante, en esta parsimoniosa entrega narrativa se encuentra el real motivo de Zviaguintsev: mostrar el poder absoluto de la política sobre la vida privada de los ciudadanos rusos, con la complicidad de la iglesia ortodoxa del país.
Hay preguntas metafísicas cuando se inicia la segunda parte, con la muerte de la esposa de Kolya: ¿es capaz la fe de resucitar a la esposa? ¿Qué puede devolverle el párroco con sus oraciones y sermones?¿La vida acaso? Se llega a la tragedia: el alcalde no tendrá piedad y apelará a cualquier recurso para que Kolya pierda todo, aún en carne viva por lo ocurrido con su mujer. Es aquí donde se ve que el poder absoluto no tiene piedad con ningún habitante, que no se conduele de situaciones límites, y que se vale de arteras mentiras para lograr sus objetivos.
El film cobra una notable fuerza emotiva, la tragedia personal de Kolya toma un tinte universal contra el absolutismo del poder y es una dura crítica a las condiciones que se viven hoy en Rusia y en el mundo. Es una llamada de atención sobre los poderes económicos y políticos, sobre la extraña combinación de la fe con el poder, y la nula capacidad del ciudadano común para enfrentarla. Vale la pena.
Elsa Bragato